Las cuevas de las Calaveras

fosil en la cueva de las calaveras

Misteriosos humanos de la prehistoria, caballeros medievales como el Cid Campeador o conflictos contemporáneos como la Guerra Civil Española tienen un punto de unión en el litoral alicantino: la Cueva de las Calaveras. Y es que en el interior de esta cavidad se esconden un montón de leyendas que vamos a descubrir con una mirada accesible.

La cueva es una de las señas de identidad de Benidoleig, un pequeño pueblo de la Marina Alta que pese a no tener playa bien merece una visita. Sin embargo, hoy ponemos el foco en una cavidad con restos paleolíticos de hace 100.000 años. En excavaciones arqueológicas se han encontrado enterramientos y santuarios que demuestran la importancia que tenía por su fácil defensa ante animales salvajes y las grandes cantidades de agua que ofrece.

Precisamente, las primeras expediciones de investigadores, a finales del siglo XVIII, descubrieron unos restos óseos que los especialistas del momento no dudaron en atribuir a un partida de militares árabes que huía del Cid Campeador. Además, durante la Guerra Civil fue almacén de explosivos, por lo que pocos sitios hay con tantas cosas que contar.

Pero dejando a un lado la historia, su uso actual nada tiene que ver con calaveras, soldados o explosivos. Desde los años sesenta del siglo XX la cueva se convirtió en el principal atractivo turístico de la zona al ponerse en valor su parte seca con pasarelas, iluminación y paneles informativos. Fue una urbanización bastante salvaje y que hoy probablemente se haría de otra forma, pero para esto no hay marcha atrás.

interior cueva

Por suerte, aunque no trazaron las obras desde una perspectiva ecologista sí que tuvieron en cuenta la accesibilidad, y la práctica totalidad de la cueva puede ser visitada en silla de ruedas. Las pasarelas son amplias, y salvo el último tramo en el que puede haber problemas para dar la vuelta sin ayuda el resto no supondrá un problema.

Hay estancias que dejan sencillamente con la boca abierta por su belleza, como el gran osario cercano a la entrada (con restos de muchísimos ejemplares) o la sala de la campana, donde decenas de estalactitas y estalagmitas harán las delicias de todo aquel que se haya atrevido a entrar en la cueva.

Este es un buen ejemplo de que la espeleología también puede ser accesible. Tras pasar por caja (alrededor de 4€ por persona) el visitante tendrá la oportunidad de recorrer alrededor de 400 metros de la cavidad, disfrutando de las inquietantes formas trazadas por la naturaleza, los fósiles incrustados en las paredes y los paneles informativos sobre las distintas estancias. Dicho sea de paso, estos últimos podrían irse renovando.

entrada cueva

Sin embargo, sigue siendo un sitio magnífico para visitar en el que las únicas barreras son el miedo a entrar en una cueva y el frío que hace dentro. Es una excursión sensacional a pocos minutos de lugares muy turísticos como Denia o Calpe, por lo que si en verano os dejáis caer por la costa Alicante tenedlo en cuenta: en Benidoleig hay una cueva accesible.

Más info sobre la Cueva de las Calaveras

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Artículo | Edu & Eri

Fotografías | Edu & Eri

 

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