Hotel Casual Con Duende en Cádiz con silla de ruedas

Mi experiencia en el Hotel Casual Con Duende en Cádiz con silla de ruedas con situación inigualable y buena accesibilidad.

Ya hemos estado en otras ocasiones por el sur de España.

Durante mi estancia en Cádiz del 17 al 21 de junio, me alojé en un hotel que ya tenía fichado: el Casual Con Duende, justo en pleno centro histórico, entre la Catedral y la Plaza de las Flores. Un lugar con encanto, buen ambiente y lo más importante para mí: con habitación adaptada.

Conozco personalmente a Juan Carlos Sanjuan, creador de la cadena Casual Hotels, así que elegí este hotel con confianza. Reservé directamente por teléfono desde la web de la cadena, indicando que necesitaba una habitación adaptada, y todo fue fácil y claro. Así da gusto.

El acceso al hotel está en zona peatonal, así que dejamos nuestro coche adaptado en un parking de pago que nos recomendaron desde el hotel, a unos 7-8 minutos andando. Es caro, pero seguro. La entrada al hotel tiene un pequeño escalón, pero colocan una rampa portátil cuando llegas. Aunque eso sí: la retiran por la noche, así que por la mañana hay que volver a pedirla.

La recepción es accesible, con mostrador a doble altura, y todas las zonas comunes son amplias y sin obstáculos. El buffet del desayuno es totalmente accesible desde una silla de ruedas, y las mesas están bien distribuidas. Además, el ambiente es tranquilo, limpio y muy acogedor.

La habitación adaptada está en planta baja, algo que se agradece. Tiene espacio suficiente para moverse, aunque el acceso al armario está limitado por la distribución. Si vas solo, puedes dejar la ropa en otras partes sin problema. La cama tiene buena altura para hacer la transferencia y los interruptores y enchufes están bien colocados, aunque la ventana y el armario no son accesibles. La habitación es interior, con luz artificial suficiente pero poca ventilación.

El baño está adaptado con ducha a ras de suelo, buen espacio de giro y una mampara deslizante que facilita el acceso. El espejo del lavabo está demasiado alto, pero hay un espejo de cuerpo entero en la habitación. Puedes pedir en recepción una silla especial de ducha, aunque yo usé la que había en la habitación que es metálica.

En resumen: un hotel muy bien situado, cómodo y con personal amable. Le vendría bien una rampa fija en la entrada y algunos ajustes en el baño, pero lo recomiendo sin dudar a quienes viajan con movilidad reducida. Volveremos, con duende incluido.

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