Vacaciones en Mallorca con silla de ruedas, coche adaptado y ferry

Así fueron las vacaciones en Mallorca con silla de ruedas, coche adaptado y ferry disfrutando de la isla, su gastronomía, paisaje y su gente.

Viajar a Mallorca en silla de ruedas es una experiencia que demuestra que la accesibilidad y el disfrute van de la mano. ¿Listos para descubrir esta isla de una manera inclusiva y alucinante? Vamos a ello.

El viaje comenzó en un ferry accesible  de Baleària que no solo facilitó el embarque gracias a su accesibilidad, sino que también contó con espacios amplios y cómodos para personas con movilidad reducida. Una vez llegamos a la isla, teníamos nuestro coche adaptado con etiqueta ECO, ideal para recorrer Mallorca de manera sostenible y sin complicaciones.

Alcudia: puerto, pueblo y Pollentia

Nuestra primera parada fue Alcudia, una joya del norte. Comenzamos en su puerto, con un paseo tranquilo y accesible junto al mar, perfecto para sentir la brisa mediterránea. Luego nos dirigimos al casco antiguo, un lugar encantador con calles empedradas (pero transitables) y murallas que nos transportaron al pasado. ¿Lo mejor? La antigua Pollentia, una ciudad romana que combina historia y accesibilidad (a veces complicada). ¡Te sientes como si viajaras en el tiempo!

Inca: mercado y museo del calzado

Inca es conocida como la «ciudad del cuero», y no podíamos perdernos su mercado, lleno de vida, colores y aromas. Es una experiencia muy auténtica. El Museo del Calzado y la Industria fue otra sorpresa agradable: moderno, accesible y con exposiciones que muestran la tradición zapatera de la región. ¡Incluso aprendimos cómo se hacían los zapatos a mano!

Palma: centro histórico y su imponente catedral

La capital no decepciona. Palma nos recibió con su casco histórico accesible, lleno de calles amplias y rincones fascinantes. La Catedral de Mallorca, también conocida como La Seu, es sencillamente espectacular. Su acceso está adaptado, y el interior es tan impresionante que se te corta la respiración. ¡No te olvides de mirar los vitrales, porque cuando entra la luz es pura magia!

Pollença: encanto mallorquín

Pollença es el típico pueblo mallorquín que parece sacado de una postal. Paseamos por sus plazas y calles, donde todo parece estar en calma. Aunque algunas partes tienen pendientes, con un poco de ayuda se disfruta de principio a fin. Además, las vistas desde el Calvari son inolvidables e inaccesibles.

La Reserva Natural de S’Albufera

Si eres amante de la naturaleza, S’Albufera es tu sitio. Esta reserva es un paraíso para observar aves y disfrutar de paisajes llenos de vida. Lo mejor es que cuenta con itinerarios adaptados y miradores accesibles. El sonido de las aves y la tranquilidad que se respira aquí te conectan con la naturaleza como pocos lugares.

Sóller y Valldemossa: dos tesoros

Sóller nos enamoró con su tranvía histórico (accesible previa reserva) y su ambiente relajado. No hay que perderse el paseo junto al puerto, ideal para un café frente al mar. Por otro lado, Valldemossa nos transportó a otro mundo con su famosa Cartuja. Aunque no todo está adaptado, muchas partes son accesibles y valen totalmente la pena.

Mallorca, un destino para todos

En cada rincón de Mallorca encontramos opciones accesibles que hicieron de este viaje una experiencia inolvidable. Si estás pensando en visitar la isla, no lo dudes. Mallorca está llena de paisajes, historia y momentos especiales que te esperan, sin importar tus necesidades de movilidad. ¡Prepara las maletas y vívelo por ti mismo!