Mi experiencia en el Aeropuerto de Charleroi -Bruselas-

Quiero compartir con todos la experiencia tan positiva que he vivido en el Aeropuerto de Charleroi – Bruselas, como viajero con silla de ruedas.

En mi reciente viaje a Flandes y Bruselas y del que pronto tendremos los primeros vídeos, viajé a través del Aeropuerto de Charleroi-Bruselas Sur y he tenido una experiencia tan positiva como viajero con silla de ruedas tanto al llegar como al partir, que quiero compartirla con todos vosotros porque según me dijeron es su modo habitual de trabajar.

Como en prácticamente todo el mundo, existen asistencias en el Aeropuerto que vienen a buscarte hasta el avión y, en mi caso que no puedo caminar, hasta el asiento. Me trasladan con una silla especial que cabe entre los asientos, hasta el camión-plataforma y allí me espera mi silla de ruedas intacta.

Con gran amabilidad nos acompañan hasta la zona de equipajes, nos ayudan a sacar de la cinta nuestra maleta e incluso nos explican como llegar a los coches de alquiler donde tenemos reservado uno de ellos.

Hasta aquí, poco se diferencia de la mayoría de los aeropuertos incluida la amabilidad.

Llega el día de partir a España, muy temprano, nos levantamos a las 3 de la mañana ya que nuestro avión sale a las 7:30 horas, tenemos que estar dos horas antes al necesitar asistencias y nos trasladamos desde Lovaina.

Una vez entregado el coche de alquiler nos dirigimos a la zona de facturación donde dejamos la maleta, le ponen un distintivo a mi silla de ruedas y desde allí avisan a las asistencias. Nos piden desde facturación que vayamos a una zona especial donde enseguida vendrán a buscarnos, hasta aquí, todo es más o menos igual que en otros aeropuertos.

Vienen enseguida y nos dirigimos a pasar el control de seguridad (aquí empiezan las diferencias). Mientras llegamos me imagino que le pedirán a Eva que con una sola mano se descalce, se quite el cinturón o que les baile un tango, y a mi que me quite las botas, quizás me pregunten si puedo levantarme o transferirme a otro lugar para que revisen la silla, en fin temores habituales… Pues no, no amigas y amigos. Nos llevan a una zona especialmente creada y aparte de los controles para todo el mundo, un cuartito pequeño, discreto, donde hay dos personas (un hombre y una mujer, agentes de seguridad), dejamos en el escáner los bultos, incluidos el ordenador y IPAD que no nos hacen sacar aparte. No nos piden descalzarnos, no nos piden que seamos superman-superwoman, no. Eva pasa el detector y no suena. A mi no me piden que lo pase porque conocen el resultado, me cachean con cuidado y muchísimo respeto, dándome todo tipo de facilidades. Cuando acaban, a ambos, nos pasan un palo que finaliza en una especie de algodón que según nos cuentan, es nuevo y detecta la presencia de drogas, este palito, evita tener que sentarme en un banco mientras pasan mi silla de ruedas por el escáner. El resto del protocolo se cumplió a la perfección, nos llevaron a la puerta de embarque, en su momento vinieron a buscarnos, nos metieron al avión y bajaron la silla de ruedas a las bodegas del avión (como en otros aeropuertos).

cil ¿verdad? entonces ¿porqué no lo hacen en aeropuertos como Barajas (Adolfo Suárez) o El Prat o en otros países como Argentina o República Dominicana?, sencillamente porque no quieren gastarse el dinero en esta maquinita que, no pregunté su precio pero seguro que no cuesta 50 Euros porque es muchísimo más sencillo molestar y humillar a las pasajeras y pasajeros con necesidades especiales, y como a todos los pasajeros con y sin discapacidad, tratarnos peor que al ganado.

En fin, agradecer al Aeropuerto de Charleroi su implicación para que las viajeras y viajeros con necesidades especiales se sientan como un pasajero más y contribuir a que el último recuerdo de Bélgica sea un vuelo agradable y sin putadas.

Gracias también a Turismo de Flandes y Bruselas y a todos por acompañarnos en este viaje.

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