Costa Rica, episodio noveno, la transición al pacífico

Antes de empezar os dejo un vídeo con el resto de la secuencia de la serpiente coral, si,siii, ¿os acordais? que si no se mueve, si parece de goma…..¡VALE!!!! Os dejo el vídeo, la secuencia es la continuación de la del post anterior, el guía, Jhonatan, toca la serpiente con un palo para que se mueva, (eso no se ve porque del susto mi amigo Iván deja de filmar) como la serpiente nos estaba observando, viene hacia nosotros, por fortuna cambió el rumbo porque ya me veía en mi "silla papallll" caminito del …. Ahí va …. deeeeeeeeentro vídeooooooo.

PARRITA. PRIMERA PARADA EN EL PACIFICO COSTARRICENSE

Estancia: Una noche.
Distancia desde el anterior destino: aproximadamente 280 kms.
Duración: 4 horas

 

MAPA (sobre estas líneas). En este episodio, para situarnos sobre el mapa deberemos seguir la línea de color amarillo que comienza en Bijagua de Upala(Arriba lado izquierdo de la línea) y termina en Parrita.
LA RUTA:Desde Bijagua de Upala, tomamos la carretera hacia Cañas (dirección saliendo del hotel a la carretera, hacia la izquierda), recorremos unos 40 kms, aproximadamente (unos 30 minutos de carretera) y de Cañas, hacia el sur nos metemos en la carretera Interamericana sur, hacia Parrita, nuestro destino de una noche., buscaremos dirección hacia la Playa Palo Seco y veremos las indicaciones del Hotel, una vez recorrido un camino de lastres, siguiendo la orilla de la playa del Pacífico y tras recorrer 5 o 6 kms.
La interamericana nos va llevando por el Pacífico y también por el interior, salvo tramos en obras es la mejor carretera de Costa Rica, al menos de las que conocimos, incluso llega a tener, a rato, doble carril.
VIDEO: NUESTRA PRIMERA TOMA DE CONTACTO CON EL PACIFICO.

LOS COCODRILOS DEL RIO GRANDE DE TÁRCOLES.

La pequeña ciudad de Tárcoles se compone de poco más de unas cuantas hileras de casas sin pretensiones a lo largo de unas callejuelas en paralelo al océano. Como es de imaginar, este pueblo tico no es lo que se dice el auténtico reclamo turístico, pero sus alrededores son perfectos para los amantes de lo superlativo ya que además de encontrarse el mayor salto de agua, y que no fuimos a ver por falta de tiempo, están los cocodrilos más grandes del país.
Se aconseja pedir información a los lugareños para asegurarse de que no hay cocodrilos en el agua antes de darse un baño. (con el agua que hay en Costa Rica, y hay que bañarse aquí, pués si, se bañan)
Estas tomas de cocodrilos (y que no es el mismo todo el ratooooo) están realizadas desde el puente que el río Tárcoles y por el que transcurre la Interamericana.
Salvo que nos lo digan o lo sepamos por otros viajeros, uno no se imagina que bajando del coche y recorriendo unos pocos metros, va a encontrar esta exuberancia sauria en pocos metros, hacinados dentro y fuera del río.
Según nos cuentan, se trata de cocodrilos que se han acostumbrado a recibir alimento desde el puente (errores típicos de los turistas) y han formado una población estable en torno al mismo.
No obstante, a lo largo de la parte final del cauce del río es habitual encontrarlos tomando el sól y confundidos con el entorno gracias al barro con el que se impregnan y que les sirve de protección de la piel.
Observándolos, al principio se puede llegar a dudar si son reales, esa quietud más propia de estatuas que de seres vivos os puedo asegurar que resulta inquietante y que a pesar de estar a muchos metros de distancia, y en altura, no deja uno de preguntarse que pasaría si de pronto te encontraras al alcance de uno de estos ejemplares.
Los zopilotes, o buitres ticos (sobre estas líneas) comparten espacio, a distancia eso sí, con los cocodrilos y se conforman con las sobras que quedan después de los festines.
ACCESIBILIDAD:
Como se aprecia en la fotografía superior donde vemos mi silla de ruedas plegada, el espacio de las aceras laterales del puente es angosto y no permite manejar una silla de ruedas.
Soluciones:
a) Conformarnos y que nos lo cuenten otros….. Sin comentarios, Es decir, NO
b) Si tenemos movilidad para levantarnos, podemos acceder a la acera por la parte más baja y sujetándonos por los barandilla ir desplazándonos hasta llegar a la zona de los cocodrilos. ¡Cuidadín que hay una zona en el centro que la barandilla está rota! y si nos caemos podemos provocar una indigestión a los "cocos" (cocodrilos).
c) Si no tenemos movilidad conseguimos dos o tres aguerridos porteadores y que nos asomen un poquito por la barandilla que es bajita, disfrutamos de la vista y cuando se cansen que nos sienten de nuevo en la silla.
d) Contratamos una grúa o un helicóptero. Esta era mi opción inicial, pero la VISA andaba ya sobrecargada…. Es bromaaaaaa (lo de la grúa, lo de la VISA es verdad)

Sobre estas líneas aparecemos en el puente del río y al fondo, abajo los cocodrilos, y debajo el puente, que pasa totalmente desapercibido, sin imaginarse lo que hay unos metro más abajo.

VIDEOS:COCODRILOS DEL RIO TÁRCOLES:

PARRITA

Este animado pueblo, atravesado por un río homónimo, alberga una gigantesca planta de producción de aceite de palma. En ocasiones, cuando sopla el viento, se puede oler la planta a varios kilómetros de distancia, aunque el olor puede ser incluso agradable para quien sea amigo de la comida frita. A pesar de que este tipo de aceite quizás no disfrute del reconocimiento unánime del aceite de oliva, lo cierto es que se encuentra en toda clase de productos, desde chocolatinas y patatas fritas, hasta bollería y aperitivos.

La industria del aceite de palma es muy llamativa, y según se avanza por esta zona, es curioso observar a los trabajadores de los campos aledaños a la carretera. Los trabajos diarios de mantenimiento incluyen tareas para asegurarse de que las palmeras estén libres de insectos, como desmalezar y aplicar insecticidas a los troncos. Asímismo, es preciso cortar las hojas de la palmera con regularidad para estimular el crecimiento de sus frutos y favorecer el acceso a estos. Los empleados también se encargan de recolectar los frutos maduros y transportarlos a las plantas de producción, donde estos son separados y prensados. Tal vez este úlitmo paso sea más obvio, habida cuenta de los enormes camiones rebosantes de frutos rojizos, algunos de los cuales terminan esparcidos por este maltrecho tramo de la Costanera (carretera que recorre la costa); de modo que ojo al llegar a esta zona.
En cualquier caso, el motivo fundamental de viajar hasta Parrita (más allá de conocer la producción del aceite de palma) es para visitar la tranquila y apacible playa Palo Seco, de arena gris y ubicada cerca de las marismas de manglares, conocidas por ser un buen lugar para la observación de aves.
VIDEO: MARISMAS DE MANGLARES

 

Una polvorienta carretera de 6 kms. se encarga de unir el flanco este de la ciudad con la playa.
El camino se haría interminable si no fuera por el increible juego visual que se nos abría conforme avanzábamos con el 4×4.
Eran las 4 de la tarde, por lo que los colores típicos del atardacer comenzaban a vislumbrarse sobre la arena, los rayos se dejaban asomar por las rendijas del colmado palmeral que nos servía de guía mostrándonos el camino que no deseábamos que se terminase.

Al final del camino se encontraba nuestro hotel, del que hablaré al final. Sin perder el tiempo tomamos posición de nuestra cabaña, nos pusimos los bañadores y cruzamos el camino donde nos esperaba un Pacífico agitado y, según nos dijeron en el hotel muy peligroso por el terrible mar de fondo que habitualmente azota estas aguas.
Iván, Conchi y Eva se metieron y, cuando les llegaba el agua por debajo de la rodilla, erán tan fuertes los tirones que la mano invisible de neptuno ejercía sobre ellos que decidieron salir inmediatamente porque el peligro era real, Por supuesto, yo que no tengo fuerza para sostenerme dentro del agua de pie, y solo puedo estar tumbado y manteniéndome a flote con movimientos de los brazos (se nadar bastante bien, pero no "hago pie") decidí no meterme porque me hubiera visto arrastrado mar adentro de forma rápida y bastante violenta.
La fotografías son de Playa Palo Seco, donde se ubica nuestro hotel.

 

La playa, totalmente salvaje, recoje los elementos que el océano no quiere, dándole un aire de lugar "no explorado". El hecho de estar prácticamente solos en el hotel, acompañaba esta sensación.
ACCESIBILIDAD:
La playa es toda de arena y no existen tablas por las que deambular hasta la cercanía del mar, entre otras cosas porque cada día con la marea alta que suele llegar hasta el camino, desaparecerían flotando mar adentro. Dicho esto, el camino que se cruza desde el hotel, es de tierra compactada y la silla deambula perfectamente. Una vez en la arena, ya sabeis, aguerridos voluntarios y a empujar la sillita levantando las ruedas delanteras, autogiratorias, para evitar que se nos claven y salgamos lanzados como los romanos lo hacían con las "bofetas" de Axteris y Obelix.
La zona de playa que permanece mojada por efecto del oleaje que llega con suavidad, es lo suficientemente dura para permitir que la silla ruede cuando nos empujan, yo intenté el autoimpulso y es complicado porque al hacerlo a tirones, favorecemos el hundimiento de las ruedas en la arena, sin embargo al empujarnos de manera uniforme, salvo alguna contada excepción la silla rueda a la perfección.

Unos atardeceres preciosos que parecían sacados de alguna secuencia del Señor de los Anillos o de la Historia Interminable, nos transportaron a una dimensión en la que conseguimos olvidarnos de todo y centrarnos en el momento, cada uno elegimos nuestra propia soledad y nos separamos a lo largo de la playa porque, en la vida, hay cosas que hay que vivirlas en soledad, y os aseguro que ésta, es una de ellas.
Con el permiso de tod@s vosotr@s, me permitireis que dedique estos atardeceres a alguien que le encantan y que siente cosas parecidas a las que he contado cuando los contempla. (espero que lo lea, sino se queda sin ellos, je je)
VIDEO DE ATARDECER EN PARRITA

MANUEL ANTONIO.

LA RUTA: Volvemos a tomar la carretera Costanera Sur o ruta 34 y a 20 minutos se encuentra Quepos y a 5 km. Manuel Antonio.

 

La zigzageante carretera supera una serie de colinas repletas de hermosas vistas de las laderas boscosas, para más tarde desembocar en un litoral flanqueado por palmeras.
Como es de suponer, este estrecho tramo de carretera no es lo que se dice inmaculado e idílico, ya que discurre en paralelo a la amplia mayoría de los hoteles, restaurantes y comercios dirigidos a turistas de la zona de Quepós y de Manuel Antonio. Como imaginaréis, esta zona es de las más visitadas y explotadas turísticamente con indicios de especulación inmobiliaria.

 

RECOMENDACION: Al conducir por la serpenteante, empinada y angosta carretera a Manuel Antonio hay que extremar las precauciones porque los autobuses no van con demasiado reparo en la salida de las curvas y nos pueden dar algo más que un sustíiiiiinnnn.
Las imágenes pertenecen a la playa de Espadilla, que es la última playa antes de entrar al Parque Nacional al que, por haber optado por otros destinos, no entramos.
Si se va con el tiempo medido como nosotros, os aconsejo que hagais una paradita en la playa de Espadilla, que disfruteis paseando por su arena y mojando los pies por la orilla.
Los miradores que hay a lo largo de la carretera serpenteante que nos lleva y trae de Manuel Antonio con unas vistas idílicas del Parque Nacional, las playas y el Pacífico.

Si teneis un poquito más de tiempo, parad en los locales de copas que hay a lo largo de la carreterita que va de Manuel Antonio a las playas, son muy curiosos como el que está debajo de estas líneas, el Vagon. Un antiguo vagón de tren, bien situado, con vistas y mesitas alrededor, que resulta de lo más acojedor.

Otro restaurante que no os podeis perder es El Avión, construido a partir de la estructura de un modelo Fairchild C-123 del año 1954. Sin embargo, lo verdaderamente curioso es que el avión fue comprado en la década de 1980 por el Gobierno estadounidense apra la Contra nicaragüense, pero no salió tan siquiera del hangar en que se encontraba en San José a causa del escándalo entre Irán y la Contra en los días posteriores, en el que también se vieron envueltos Oliver North y seguidores del Gobierno de EEUU. Debido a esto, al avión se le llama cariñosamente "la locura de Ollie". Así en 2000, los actuales propietarios de "EL Avión" lo adquirieron por 3000 USS y lo transportaron pieza por pieza a Manuel Antonio. Hoy en día ocupa un costado de la carretera principal, donde parece que haya aterrizado forzosamente junto a los pies de la colina. Es perfecto para tomar una cerveza, probar su guacamole disfrutar de una puesta de sol sobre el Pacífico. Además, en las noches de la temporada seca, deleita a sus clientes con música en directo. Podeis comer perfectamente a base de casados por 5 o 7 USS.

GASTRONOMIA:

Varias recomendaciones:
En Jacó, camino de Parrita, La soda "El Rústico", recomendada por un lugareño, comimos casados (plato combinado, recordad….) por 10 USS los cuatro, incluyendo los juguitos frescos y naturales de frutas y los cafecitos.

En Parrita: Restaurante D. Camilo, también recomendado por una lugareña. Platos de pescado, brochetas de marisco, casados… por la ingente cantidad de 20 USS los 4 con los consabidos juguitos de frutas y cafecitos.
ACCESIBILIDAD: Ambos establecimientos están a pie de calle sin necesidad de superar ningún escalón. Locales amplios y muy dignos. Totalmente recomendables.

HOTEL TIMARAI BAMBOO RESORT

Situado al final de la playa Palo Seco en Parrita, en un lugar idílico, rodeado de selva, con el Pacífico a pocos metros y la laguna de manglares pegadita a uno de sus extremos.
Esta realizado en su totalidad con bambú, muy rústico y, a priori, acogedor.
ACCESIBILIDAD: Cuenta con habitaciones adaptadas, así como todos los accesos, a excepción de la entrada principal que tiene un pequeño escalón que, si entramos por un lateral nos lo evitaremos, y unas rampas estilo slalom de esquí, con unas pendientes que dan vértigo.

VALORACION: os cuento lo que nos ocurrió cuando fuimos, a parti de ahí, entiendo que a la gente hay que darles una segunda oportunidad, porque montar negocios cuenta dinero y no se debe tirar todo por la bora a las primeras de cambio.

Nosotros llegamos con reserva y era fuera de temporada, pero una de las habitaciones tenía el somier roto, no lo cambiaron, en la otra no iba el aire acondicionado, no lo arreglaron, no iba la tv, no la arreglaron. Pedimos unas cervezas y nos las dieron calientes, sin preguntar, porque no tenían frescas. El estado de dejadez del establecimiento, en general era bastante penoso, las piscina no muy limpia, las mesas sucias… El único detalle que tuvieron fue no cobrarnos las cuatro cervezas. Insisto, soy de los que hay que dar segundas oportunidades, pero no puedo recomendar a nadie este establecimiento.

REFLEXIONES:
De camino hacia Parrita, hicimos una parada en un restaurante de carretera para tomar algo y descansar, al salir vimos a una señora con una mesita y un taburete, vendía objetos realizados por la población indígena, compramos alguna pulsera y algunos pendientes, pero lo realmente destacable es lo rápido que entable conversación con ella, las historias que nos contó sobre la población indígena, acerca de algunos atentados al medio ambiente que se estaban haciendo, que estaba casada con u alemán y que había estado una vez en Madrid. Cuando nos íbamos, le regaló a Eva un llavero de la "buena suerte". Fue sin duda la parte más destacable de ese día junto con los atardeceres que presencié por la tarde.

RECOMENDACIONES:
– No os perdais los cocodrilos del río Tárcoles.
– Recorred la playa Palo Seco de Parrita (hay otros hoteles ademásdel Timarai) y disfrutad de su atardecer.
– En Parrita, comer o cenar en el Restaurante D. Camilo
– Pasead por alguna playa de Manuel Antonio y recorred sus miradores a lo largo de la empinada carretera.
– Disfrutad tomando algo, si es posible por la tarde en el Restaurante El Avión.
– En Jacó, comed en la Soda "El Rústico", buen precio y buena calidad.

Gracias a tod@s por leerme.