Chascomus, un rincón accesible.Argentina
Inauguramos esta sección con el artículo de una seguidora Sin Límite, Daniela Sáez que, desde Argentina, nos muestra un lugar tranquilo, bello e inclusivo, donde poder pasar una jornada inolvidable.
Tras recorrer 120Km desde la ciudad de Buenos Aires, República Argentina y erigida sobre la margen este de la mayor de las siete lagunas Encadenadas llegamos a Chascomus, una ciudad que es visitada durante todo el año y que brinda la oportunidad de estar en contacto con la naturaleza.
La laguna de Chascomús ofrece un pintoresco paseo costanero con frondosos parques para recreación, balnearios, paradores, se pueden intentar la pesca del pejerrey y además realizar deportes náuticos.
Este destino posee una importante infraestructura turística con todas las prestaciones necesarias para que el visitante disfrute de su estancia.
Caminando por el paseo costero me encontré con ésta plaza inclusiva, la primera que veía de este tipo y apenas la vi recordé a Miguel Nonay y todo el trabajo de crear conciencia que él viene realizando y que desde hace unos meses vengo siguiendo.
Que necesario es crear espacios para todos, que las plazas inclusivas se multipliquen y que todos los niños puedan disfrutarlas.
Esta plaza permite que los niños puedan jugar en los columpios. Columpiarme, o hamacarme es uno de los tantos hermosos recuerdos que guardo de mi infancia y que disfrutaba en cada incursión a la plaza. Todo niño tiene el derecho de pasar por esta experiencia.
Sé que en mi país falta mucho por hacer pero hay un primer paso dado y un enorme camino para recorrer. Pienso que las plazas inclusivas son fundamentales para lograr una sociedad integradora a través del juego y desde edades tempranas .
Vi en esta plaza que el suelo era de tierra compactada, fácilmente transitable por personas en sillas de rueda o andadores. No presentaba desniveles ni escalones, otro punto a favor importante para tener en cuenta en la accesibilidad de una plaza.
Lograr una sociedad integradora es una tarea de todos, difundiendo se crea conciencia de que los niños con capacidades especiales también quieren y merecen jugar. ¡Todos tenemos las mismas ganas y el derecho de jugar en una plaza!
Artículo | Daniela Sáez