Singapur una ciudad accesible
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Singapur es una de las ciudades modernas del mundo por excelencia. Cuando pones los pies en la ciudad tras llegar de un vuelo internacional a su flamante aeropuerto uno duda si se encuentra en medio de Asia o en otro continente venido del futuro. Por contradictorio que sea, Singapur es la quintaesencia asiática con inmigrantes de todas las nacionalidades de ese contiente y a la vez carece de todo aquello que define a sus países vecinos.
Como no podía ser de otra manera, Singapur es un buen lugar para el turismo de personas discapacitadas. Goza de un sistema de transporte público de los mejores del mundo con rampas, ascensores y escaleras mecánicas en todas las estaciones (al menos en las que yo estuve y pude comprobar personalmente).
La isla-ciudad-país de Singapur es relativamente pequeña y gracias a su sistema de transporte es muy fácil y rápido moverse por la ciudad-país. Con una estancia de tres días podéis visitar fácilmente y sin prisas los lugares más representativos de Singapur.
El tráfico en la ciudad no se parece en absoluto al que encontraréis en países vecinos como Indonesia, Malasia o Tailandia. Existe un impuesto al estilo de Londres para circular por el centro de la ciudad y eso ayuda a evitar la congestión de tráfico. A su vez los semáforos ofrecen los segundos que quedan para ponerse en verde y también emiten un sonido para facilitar el movimiento a los invidentes.
Me sorprendió a su vez encontrar en una bibiloteca y en un templo taoista una rampa y una plataforma elevadora para personas con movilidad reducida que salva las escaleras.
Me alojé en un hostal barato en el barrio árabe de Singapur. En ese caso el establecimiento no estaba adaptado para discapacitados. No obstante, a buen seguro encontraréis una buena lista de alojamientos en el país-ciudad cuyas instalaciones estarán debidamente acondicionadas para la libertad de movimientos y así poder disfrutar de un viaje sin límites.
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Edición| Quique Cardona
Fotografías| Quique Cardona