El Zoo de Londres, un lugar accesible para todos

Una ciudad tan grande y diversa como Londres ofrece muchos atractivos para los turistas, algunos universales como la Abadía de Westminster y otros menos conocidos por el gran público como el Cementerio de Highgate. Entre esas infinitas posibilidades destaca el Zoo de Londres, un auténtico paraíso para los amantes de los animales ubicado en una esquina de Regent’s Park.

Es el segundo zoológico científico más antiguo del mundo, puesto que abrió sus puertas en 1828. Su larga trayectoria incluye hitos en la arquitectura para animales como el Snowdon Aviary (uno de los aviarios más antiguos del mundo) o una piscina para pingüinos con casi 80 años de antigüedad. En la actualidad alberga más de 600 especies: jirafas, leones, okapis, pirañas, pingüinos…

El paso del tiempo no suele sentar muy bien a este tipo de instituciones, pero ésta parece la excepción. Junto a estructuras con gran trayectoria se encuentran otras totalmente novedosas, como «Vida en la selva», que ponen al servicio del visitante los últimos avances en materia de conservación y divulgación.

Toda la exposición se muestra al público de manera muy didáctica. No es una mera contemplación de animales, sino que con un paseo por el Zoo de Londres se puede aprender mucho sobre nuestro planeta. Mención aparte merecen algunos tramos destinados a los más pequeños de la casa, que tendrán la oportunidad de tocar animales de granja.

Por supuesto, si estamos hablando en Viajeros Sin Límite de este zoo es para poner el foco en la accesibilidad. Y es que, pese a problemas derivados de su antigüedad, la institución está plenamente concienciada y trabaja para ofrecer una instalaciones accesibles para todos.

Justo al lado de la taquilla hay un parking con varias plazas reservadas para personas con movilidad reducida. Una vez se entra al zoo casi el 100% del itinerario es accesible, lo cual es digno de elogio. La zona de paseo no tiene mayor complicación, el acceso a casi todos los edificios se hace a través de rampas y algunos módulos tienen plataformas accesibles para poder contemplar los animales con normalidad.

Además, hay otros servicios como alquiler gratuito de silla de ruedas (dejando un depósito) o baños accesibles distribuidos en puntos estratégicos del zoo. No engañan a nadie y las pocas zonas no accesibles están claramente delimitadas. La información es amplia y lo mejor es entrar en el apartado sobre accesibilidad de la web del zoo de Londres (en inglés) para preparar mejor la visita. 

Y en conclusión, os preguntaréis: ¿Merece la pena ir al Zoo de Londres con todo lo que hay que ver en la ciudad? Rotundamente sí. Además de ser un lugar accesible es perfecto para pasar una mañana en familia, una tarde romántica en pareja o simplemente para disfrutar de los animales.

Más info sobre el Zoo de Londres

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Artículo | Edu & Eri

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