Tate Modern de Londres
Pocas ciudades pueden compararse con Londres en cuanto a oferta cultural. Es una ciudad en la que hay museos sobre prácticamente todo: desde fútbol hasta operaciones quirúrgicas, pasando por palacios, recintos militares o jardines botánicos. Dentro de ese infinito mar de propuestas de ocio saludable destacan algunas instituciones de gran calibre, como la que protagoniza este artículo: la Tate Modern.
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Ese es el nombre del Museo Nacional Británico de Arte Moderno, un ejemplo en muchos sentidos: propuesta cultural novedosa, grandes planes educativos para colegios, acceso gratuito para acercar la cultura a cualquier persona sin importar sus recursos… Además, como no podía ser de otro modo, cuenta con unas medidas de accesibilidad perfectas.
En la página web de la Tate Modern hay dos apartados de referencia. El primero de ellos está dedicado a la accesibilidad, y en él se hace un extenso repaso de todo lo que ofrece el museo: aparcamiento reservado para visitantes con movilidad reducida, entradas adaptadas, servicio de alquiler de sillas de rueda y de scooters eléctricas, baños sin barreras, tours específicos para personas ciegas, etcétera. Una maravilla, aunque en inglés. Por eso, también hay que destacar el apartado con la información en español, en el que también se hace referencia explícita a temas relacionados con la accesibilidad.
Teniendo claro que ninguna barrera física se va a interponer entre el visitante y el arte moderno, la única superación que hay es artística: la que conecta al viajero con las manifestaciones contemporáneas. Disfrutar de las obras de arte más vanguardistas es una experiencia muy personal, en la que tienen cabida todo tipo de interpretaciones. Precisamente por eso es importante que haya una buena accesibilidad: porque sólo con la mente en blanco, sin preocupación alguna, se le puede sacar el jugo a este tipo de museos.
Aunque a mucha gente no le llama especialmente la atención el arte contemporáneo, la Tate Modern es igualmente una referencia. Los viernes y los sábado abre hasta las 22:00, por lo que puede ser una buena propuesta para las últimas horas del día. Además, organiza exposiciones temporales muy ambiciosas a las que siempre es bueno dejarse caer.
Por tanto, aunque Londres tiene mucho que hacer en temas de accesibilidad, el Tate Modern no tiene ningún problema en este aspecto. Muy recomendable.
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Edición | Edu & Eri
Fotografías | Edu & Eri