Playas accesibles o el timo de la estampita

Cada verano o incluso, unas semanas antes empezamos a leer noticias sobre «playas accesibles», no se cuantas en tantos sitios, banderas azules y playas accesibles, tal destino tienen tantos por ciento de playas accesibles, de buenos amigos me llegan enlaces para que me ponga contento y me entere de la cantidad de playas accesibles que tiene España… en fin, que una vez más este país en lugar de innovar y ganar vuelve a jugar con 8 defensas y repite lo de siempre: unas tablas de madera o de otro material, mejor o peor puestas que desde los paseos marítimos llegan hasta……… ¡¡eso es!! hasta cerca del mar (4,5 o 20 metros del mar) y desde la silla de ruedas nos quedamos pensando…. ¿y ahora qué? me tiro al suelo y hago el cocodrilo (por cierto, ya lo he hecho) y como una tortuguilla tras desovar me arrastro hasta el mar que ¡wow! se está de miedo, así que, como se nadar y muy bien… me adentro en las aguas, disfruto, miro y veo a lo lejos un punto negro en tierra que es…. ¡¡mi silla de ruedas!! pero sigo disfrutando, nadando, viendo pececillos… tras un ratito decido salirme porque todo cansa, así que, como estoy en una playa «ACCESIBLE» salgo como una tortuguilla arrastrándome por la arena, llego hasta la silla de ruedas……rebozado como una croquetita andante, bueno rodante.

Esta es la realidad de algunas «playas accesibles». A los medios de comunicación, a los destinos, a algunos responsables de turismo, se les llena la boca ¡¡¡PLAYAS ACCESIBLES!!! ¿para quien? ¿imagináis  que los que podéis caminar entraséis en la arena, a 20 metros del mar os tuvieséis que tirar al suelo, arrastraros hasta el agua y luego salir en las mismas condiciones, y  leyeseis un cartel que pusiera … playa azul, ¿molaría eh?… o no.

El mito de algunas playas accesibles en España es el timo de la estampita, o como dice mi amigo @goloviarte es el premio de la piruleta donde solo te dan el manguito, porque la piruleta, en realidad, no existe y te han timado.

En España existen playas con «puntos accesibles y con ayuda» que suelen estar en los puestos de Cruz Roja que cuentan con una silla anfibia para meter al agua a las personas con movilidad reducida, pero insisto, con ayuda, porque la silla la tienen que manejar los socorristas. Por cierto en temporada alta, hay más filas que para ver al Cordobés en sus buenos tiempos. También existen buenos ejemplos de accesibilidad e inclusión para todos.

Por otra parte, cuando se habla de accesibilidad se suele olvidar, salvo contadas excepciones, insisto, a las personas con problemas de visión, audición o ambas (sordociegos).

Lo más lamentable de todo ésto es que algunas asociaciones, federaciones y entidades que supuestamente vigilan el bienestar de las personas con capacidades diferentes, admiten sin pudor esta denominada «playa accesible».

Estoy cansado, aburrido y me da pereza oir hablar de accesibilidad a quien no tiene ni idea de que esa palabra no tiene sentido sin «inclusión» sin conversión de espacios «no limit» y para todos.

Y como estoy generoso, voy a dar pistas a quienes diseñan las playas accesibles, aunque me temo que a ellos no les llegará este post.

1.- Las plataformas de madera u otro material estan genial si tienen un mantenimiento que impida que se levanten o que el tractor que nivela la arena por las noches se las lleve por delante.

2.-Hagan espacios no limit cada x metros o kms de tal forma que al finalizar la plataforma (por favor más cerquita del mar) se haga una pequeña placita también de madera, donde podamos posar nuestros cuerpos con las toallitas ya que la arena es enemiga de los que en ocasiones, nos arrastramos por el suelo. (ejemplo de buen hacer algunas playas de Almería, también de otros destinos)

3.- Como puede ser complicado que la plataforma llegue hasta el mar no estaría de más tener en estas zonas «no limit» alguna sillita anfíbia para meter a la gente que lo desee al mar y una ducha que no esté a 300 metros de altura, que en nuestras sillas todos medimos más o menos… metro veinte.

4.- Acuérdense de los ciegos, pongan bandas rugosas de dirección, avisos de «fin de plataforma», señales para que las personas ciegas vuelvan a su hamaca y no a la del vecino, que ésto trae problemas, hagan bien su trabajo que lo pagamos entre todos.

4.- No hagan las cosas con desgana, destinos turísticos, créanse que trabajar en accesibilidad e inclusión es un salto de calidad para el destino frente a quien no lo hace, no tomen la accesibilidad como una «putada» tómenla como una oportunidad porque las personas con discapacidad de cualquier tipo rara vez vamos solos, así que bebemos, dormimos, comemos y consumimos siempre por partida doble, como mínimo.

5.- Tómense en serio que las personas con capacidades diferentes somos un segmento de mercado que genera negocio y puestos de trabajo, siempre y cuando, tengamos las mismas «dificultades» que los demás, ni más ni menos.

Para terminar, espero que quien lea esto, se fije dos veces en los cartelitos que ponga «playa accesible».